En El mundo perdido, una película muda norteamericana basada en una novela de Arthur Conan Doyle, aparecen imágenes de diversos animales del Amazonas. Y en una escena, aproximadamente a los 17 minutos de la cinta, un close-up de la protagonista Bessie Love la muestra sorprendida ante un mamífero que camina de cabeza, lo cual da pie a la explicación de otro personaje. Al leer la traducción del intertítulo pareciera que estuviésemos ante una burla: “Es la desidia brasileña –siempre caminan hacia abajo. ¿Puede ver al pequeño pegado a ella?”. Y luego vuelven a aparecer la imagen del animalito y el rostro admirativo de la bella Bessie.
Se trata en realidad de “un perezoso brasileño”, en inglés “a Brazilian sloth”. Traducirlo como “la desidia brasileña” seguro que fue auténtica desidia de algún perezoso, quizá proveniente de algún país que no quiere mucho al gigante del Sur.
Es un error de traducción, como hay tantos que causan risa involuntaria. Muchos se deben a que recurren a traductores de computadora, las que por su misma índole no pueden contextualizar los vocablos en las frases y en las situaciones específicas de enunciación de determinados discursos. Otras veces, los errores al traducir se deben a desconocimiento de la materia de que tratan, lo cual resulta imperdonable en estos tiempos de profesionalización de las labores centradas en la palabra.
Un caso de ese tipo es el que le ocurre al traductor del libro Elogio de la belleza atlética, de Hans Ulrich Gumbrecht, una obra que reflexiona acerca de la función del deporte en nuestra vida actual y en la condición estética del mismo. Cuando en el capítulo final, Gumbrecht hace un recorrido lleno de personajes y acciones deportivas que guardan un alto valor simbólico, aparece un hecho relacionado con el beisbol, deporte muy ajeno al país de edición del libro, que es Argentina.
El párrafo en cuestión dice así: “Akiyama fue a la caja de bateo con dos o tres jugadores en la base y dos o tres afuera. Esta era una buena oportunidad de anotar nuevamente. El lanzador hizo dos strikes. Luego, con el siguiente, se produjo una relación realmente tensa. Akiyama no bateó, y fue un strike. Quedó eliminado. No logró anotar un nuevo tanto para su equipo en este juego tan importante” (pág. 76).
Para cualquier conocedor del beisbol, por mínima que sea su afición, este párrafo resulta ininteligible. ¿Cómo un bateador va a la caja de bateo con dos o tres jugadores en la base y dos o tres fuera, en el entendido de que con tres fuera (tres autes) ya no podría batear conforme a las reglas. ¿Y si lo entendemos literalmente qué relevancia tiene que haya dos o tres jugadores fuera? ¿Es válido decir que un bateador queda eliminado? ¿Y era absolutamente necesario que el bateador “anotara un tanto”, cuando podía bastar que impulsara a uno o más de los corredores en las bases?
Sin que yo conozca el texto en su lengua original, puedo inferir que la traducción adecuada, en lenguaje beisbolero mexicano sería ésta: “Akiyama fue a la caja de bateo con dos o tres jugadores embasados y dos autes. Esta era una buena oportunidad de anotar nuevamente. El pítcher lanzó dos estraics (o strikes). Luego al siguiente lanzamiento, se produjo una situación realmente tensa. Akiyama dejó pasar la bola y fue un estraic (o strike). Se ponchó. No logró impulsar otra carrera para su equipo en este juego tan importante”.
Que la desidia quede eliminada de toda traducción.
martes, 12 de octubre de 2010
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2 comentarios:
Muy interesante y siempre instructivo leer sobre este tipo de fallos en la traducción.
Un saludo.
Creo que los "2 ó 3 fuera" se refieren a que el beisbolista tendría cuenta llena: 3 jugadores en base, 2 strikes y 3 "foules" donde la pelote picó "afuera" del área permitida.
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