Jorge Cortés Ancona
Dentro de una serie de recuperaciones de obras literarias poco conocidas y agotadas desde hace decenios, aparece un texto de tema feminista titulado Vida incompleta. Ligeros apuntes sobre mujeres de la vida real, escrito por Elena Arizmendi. Al poco conocimiento de esta obra contribuyó que hubiese sido publicado en Nueva York, en 1927, en una edición costeada por la propia autora.
En este breve relato se narran las vidas de dos mujeres mexicanas emigradas, centrándose en las drásticas consecuencias de sus hechos amorosos. En ambos casos el origen es autobiográfico, pues tanto Elsa como su mejor amiga, Alicia, son desdoblamientos de dos etapas importantes en la vida de Elena Arizmendi. Esta fragmentación biográfica para formar la vida de personajes ficticios parece un simbolismo de la mujer dividida y de la separación distintiva de los segmentos temporales de una misma trayectoria vital.
A la autora se le recuerda por su relación de amante de José Vasconcelos alrededor de 1913, una tórrida relación a la que el escritor –conforme al prólogo de Gabriela Cano, biógrafa de Elena Arizmendi- hizo referencia en el cuento “El tormento”, de 1916, y en partes del “Ulises Criollo” plasmándola de modo imaginario como una mujer fatal de nombre Adriana, y de “La Tormenta”. Por lo demás, se sabe que Elena era una bella mujer y que tuvo tres matrimonios, todos los cuales derivaron en fracaso.
Es de interés que el escenario donde transcurren ambas historias sea Estados Unidos, en específico Nueva York, aparte de Texas, donde se refugia Alicia. En este texto se integran la etapa en que Elsa vivió casada con un norteamericano opuesto a tener hijos y la firme actitud de Alicia luego del fracaso de su relación amorosa con Ricardo y del acoso moral público de que es objeto por su condición de adúltera. Más fuerte que los problemas afrontados es el afecto solidario que las une lejos de la patria y la familia.
Aun cuando late una idea de esencialismo cultural ya sea para la “raza latina” o la “raza sajona”, las dos protagonistas contrastan con otra emigrada, la señora Vidal, mujer conservadora e ignorante, además de floja, despótica, desaseada e irresponsable con sus hijos, todo lo cual no obsta para que su marido la considere una madre abnegada y una dulce compañera.
Este relato toma la forma de un ensayo en forma narrativa, ya que expone ideas de manera explícita y los personajes tienen una plana consistencia psicológica y ética, propia de los caracteres tipo, planteada a manera de dechado. Pobre en estilo y en sus recursos narrativos, el texto, sin embargo, tiene el valor de alegato en favor de un cambio en las conductas de las mujeres y en la actitud hacia ellas.
El feminismo preconizado en este relato corresponde a una etapa aún en ciernes en el complicado y desigual proceso vivido en busca de equidad y justicia social para las mujeres. Por ello, la moral envuelve con rigor las conductas y las decisiones que las protagonistas asumen para tener una vida acorde con sus ideales y propósitos personales.
Es relevante que en el libro exista una visión comprensiva de las relaciones extramaritales y que se defienda la voluntad de la mujer a decidir su vida, sea amorosa, laboral, religiosa o de maternidad. Cumplida dichosamente en soledad o en compañía.
Arizmendi, Elena: “Vida incompleta. Ligeros apuntes sobre mujeres de la vida real”, Conaculta, Col. Singulares, México, 2012, 73 págs., prólogo de Gabriela Cano.
domingo, 6 de mayo de 2012
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